Llevar una dieta sana y equilibrada es importante siempre pero lo es más aún cuando se padece una enfermedad como el cáncer. La alimentación de las personas con cáncer debe contener alimentos de todos los grupos en la cantidad y frecuencia adecuadas.
Durante esta enfermedad llevar una dieta equilibrada es clave ya que aporta los nutrientes necesarios para el perfecto funcionamiento del cuerpo, ayuda a mantener el peso adecuado, a tolerar mejor el tratamiento y los efectos secundarios que pudiera ocasionar además de a combatir de mejor manera las infecciones.
Consejos de alimentación durante el cáncer
- Bebe 8 vasos de agua al día. Beber agua es importante pero para las personas que padecen cáncer esta importancia aumenta porque hay que mantener hidratadas las células del cuerpo para que soporten mejor el tratamiento. Si notas que no tienes sed ves bebiendo poco a poco. Y aunque no te apetezca ¡tómate un vaso de agua nada más levantarte! Es muy bueno hacerlo.
- Sigue la regla que nosotros conocemos como la del 5-5: Haz cinco comidas al día y reparte en ellas cinco raciones de fruta y verdura. Estas te aportarán vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes. Entre los meses de septiembre y noviembre es la temporada de la granada. Te recomendamos que comas esta fruta ya que entre otras propiedades evita la expansión de las células cancerígenas.
- ¡No olvides incluir en tu dieta diaria las proteínas! ¿Por qué? La falta de proteínas aumentaría el riesgo de padecer infecciones y retrasaría la recuperación. De estas depende la reparación y regeneración de los tejidos y el buen funcionamiento del sistema inmunitario. ¿Qué alimentos contienen proteínas? El huevo, la soja, las legumbres como las lentejas o los garbanzos, el pescado, la carne blanca, los cereales, las verduras, los lácteos o los frutos secos son alimentos que contienen un alto porcentaje de proteínas.
- Evita la grasa siempre que puedas y los alimentos de bollería industrial, dulces, gominolas, refrescos azucarados y el alcohol.
- Durante el desayuno y la merienda incluye: pan o cereales, lácteos, fruta fresca y alimentos proteicos como por ejemplo el jamón, el jamón cocido, el pavo, etc.
No dejes que los efectos secundarios como las náuseas y vómitos, el cansancio y el malestar dificulten tu alimentación. Para ello es muy importante que planifiques muy bien qué comer cada día y tengas los productos en casa preparados cuando los vayas a necesitar. ¡Recuerda que la comida es la gasolina que necesita nuestro cuerpo y mucho más cuando te están tratando para curar el cáncer!